Pues ya está dicho todo: sin artificios de calzado, sin fetiches de tacones o plataformas, simplemente con el delicado añadido de una pulserita de plata en el tobillo, y sobre un soleado y caliente deck de madera, tenemos estos piececitos que tanto nos gustan.
Un esmalte cremoso, perlado, contrasta muy bien con la piel bronceada.
Un esmalte cremoso, perlado, contrasta muy bien con la piel bronceada.
Y un pequeño detalle de aproximación, para que se nos haga un poco más la boca agua, y veamos esas uñas ya creciditas, pero no hasta los
extremos de lujo y lujuria que hemos podido contemplar en algunas de las las precedentes.
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