domingo, 9 de noviembre de 2008

Oro parece, Plata sí es...

Hoy vamos a poner una serie -más o menos completa- basada en una pedicura muy bien realizada en esmalte plateado, que como vienen apreciendo los seguidores de este blog, es uno e mis favoritos. El resto de mis favoritos, lógicamente, son todos los demás colores y tonos.

Tras el primerísimo plano, una vista amplia y general.

Y ahora, un curioso escorzo que podría haber dibujado ese autor italiano cuyo nombre no recuerdo...


Considero bastante interesantes las pelusillas adherida al dedo gordo, y esa vista posterior de la uña del dedo gordo que habría hecho las delicias de Franco Saudelli (ya me acabo de acordar)

Aquí se ve bien el glorioso detalle, así como de paso se aprecia que la pedi está bastante reciente, pues las cutículas están levísimamente veladas por el esmalte.

Cerramos con un primer plano, no tan cercano como el primerísimo de apertura del reportaje.

sábado, 8 de noviembre de 2008

De regreso de aquel día...

Quisiera poner aquí unas fotos del viaje de regreso de aquella jornada de playa, la de las uñas plateadas y las plataformas transparentes del primer post y que luego fue ampliada en todo su esplendor con el resto de las fotos.

¿Os acordáis de esta serie de cristal y plata?


Ya para el viaje de regreso se eligió una sandalia de tiras anchas, una versión exagerada, por no decir oversized, de la havaiana playera de siempre o sandalia de dedo. Las tiras del empeine son textiles , pero no se renuncia al glorioso pedestal de la plataforma, de dimensiones descomunales aunque está confeccionada en material muy ligero. El pie descansa sobre una superficie ligeramente acolchada, y el tipo de curvatura en la que acomada el arco es enormemente confortable. Los tonos blanco y rosa pastel fuerzan la evocación veraniega y playera de este calzado

Es, en definitiva, una sandalia cómoda y agradable. Y aún más agradable- para quien la lleva y para quien observa- en especial si algún granito de arena sigue pegado a esa gloriosa y bronceada piel...

Un buen plano general de ambos pies, con destaque de cadenita anklet y sortijita (toering)


Una aproximación para deleitarse en el suave brillo de la piel, recién hidratada por la crema, en el largo y en la curvatura de las uñas...


Otro detallito del pie ornamentado, con una bonita pose de separación de dedos... y, efectivamente, la vista aguda puede distinguir la firma de la arena de la playa en los tres dedos menores, y un poco en el lateral interior del dedo gordo. Gloriosa jornada de playa, un día más, -y un día menos- con La Gata.


miércoles, 5 de noviembre de 2008

Y una más que se me olvidó.


Hoy voy a ser muy breve: se trata solamente de agregar una foto -por cierto muy mona- a la colección mostrada en el post anterior: Recordemos y destaquemos la bonita pedi en plata perlado (o perla plateado) y unas florecitas, casi imperceptibles pero bastante repipis, en el fondo.
Aquel fue un fin de semana muy, muy agradable...


domingo, 2 de noviembre de 2008

Un mismo zapato, dos versiones.

Hoy vamos a ver cómo una sandalia (por cierto ya conocida de alguna de las anteriores entradas) cambia bastante con el color del esmalte usado en la pedicura, así como también al combinarse con falda o con pantalón.

En fecto: ya conocemos este modelo de sandalia de base( o plataforma) de madera, y con un empeine en material transparente, fijado a la base con tachuelas. Creo que ya hemos comentado que a algunas personas no les resulta demasiado elegante que los dedos sobresalgan por delante de la suela de la sandalia, aunque en el caso que nos ocupan creo que geométricamente y estilísticamente, están al límite.

Un primer plano, donde gratamente se aprecia el buen trabajo de esmaltado; en este caso nos quedamos con las dudas sobre si se trata de un color rosa perlado, o de un perla rosado. De cualquier manera, estos deditos están para comérselos. El talón está precioso, sin una dureza, sin una grieta. Dicen que la saliva masculina tiene un efecto especial sobre la delicada piel de los pies femeninos, mejorando su tersura. Hay quien también comenta el efecto de choque en hidratación y nutrición que producen otros fluidos masculinos (no ha quedado suficientemente especificado de cuales se trata), y con toda seguridad esta afirmación es rigurosamente cierta.

No sólo de plataformas vive el hombre, también la visión (aunque sea fugaz) del tacón de una bonita sanadlia, y además, bien calzada, aporta una cierta senación profunda de tranquilidad y paz de ánimo, si bien es cierto que acompañadas de una profunda e íntima satisfacción.

Ahora ya aparece el otro pie, aportando al modelo o ejemplo que admiramos una casi perfecta sensación de proporción y simetría.

Cambiamos de tercio; ahora las bonitas pantorrillas de La Gata no están veladas por la espesa y áspera tela tejana de sus pantalones, sino simplemente acariciadas por el rastro, entre evaporado y absorbido, de una costosa crema hidratante con un suave y remoto perfume; la sensación y efecto de feminidad es, en este caso, multiplicada y mejorada por el inequívoco e inevitable recurso de esmaltar sus uñas con un esmalte rojo intenso. En este efecto curiosamente, el pie parece más desnudo; La Gata parece más descalza. Pero la sandalia se hace más obvia, más evidente. Trucos y secretos del mundo del calzado, del fetchismo del pie.

Bonito plano general...

Pero donde esté un buen primer plano...

sábado, 1 de noviembre de 2008

No solo se anda con los pies..

Ya hemos comentado que las caderas son algo más que lo que está entre los muslos y la cintura, y se han expiuesto algunas muestras desiguales de las poderosas -aunque armónicas y equilibradas- dimensiones de La Gata. Sirvan también estas fotos para dar testimonio del peculiar estilo de ropa y accesorios con el que La Gata alegra mis días.

Un panataloncito clásico, que deja ver muy suavemente la transparencia de las bragas... La manicura, por cietrto, muy bonita en tiono metálico, posiblemente dorado.

Una falda vaquera, uin top que muestra la tripita, una manicura en rojo valiente, en fin todo un detalle de modelito.


Vaquero de cintura baja, una camisetita corta, cinturón correa de cuero casi masculino, aunque el mechón de pelo de la derecha de la foto indica que estamos ante una señorita muy femenina.


Y por si hubuera dudas, la feminidad se hace exageradamente obvia, casi caricaturesca en este conjunto de apretado pantaloncito blanco, uñas rojas, bendita seas, mi Gata, y el cinturón de eslabones redondos que se sujeta por pura gravedad sobre/contra las caderas.

Tranquilidad

Otra pequeña serie -dos ejemplares- de algo sencillo como la vida misma. Fotos tomadas sobre la sábana de la cama, posiblemente después de una ducha, o antes de ella. Fotos íntimas, fotos boudoir, como dirían los cursis de los EEUU, reflejando el momento o el espacio donde -o cuando- se forma el mejor triángulo del mundo: yo, ella y la cámara. Para dejar constancia de datos técnicos, hoy La Gata exhibe un esmalte en rosa perlado, de esos que durante mucho tiempo se consideraron privilegio exclusivo de las señoras mayores, y que ahora, en momentos en los que cualquier esmalte es adecuado, realza y personaliza la joven madurez (o la madura juventud) de mi compañera.
Sigue otra vista prácticamente igual a la aterior, pero dejo al ojo curioso del observador acariciar cada dedo, cada articulación, cada tendón, cada uña, cada centímetro de la piel de La Gata con su vista, busvcando las pequeñas e imperceptibles diferencias. Como su estuviera jugando a aquel juego de las siete diferencias o los siete errores. No sé ni me importa, saber cuántas diferencias hay. Errores, desde luego, no hay ninguno. Como todos los juegos, como este mismo blog, que en sí mismo no es más que un juego, lo divertido es jugarlo, es tenerlo disponible, es saber que puede hacerse algo diferente (aunque simpre sea la repetición de algo igual a sí mismo) cada día. Y como sucede con todos los juegos, repetir diariamente un ritual despeja la mente e infunde la paz.

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