miércoles, 30 de julio de 2008

Pedicura en el salón, pedicura en casa

Hace un par de días le pinté las uñas de los pies a mi señora, como mandan los cánones: primero la base, luego el esmalte de color, por último el brillo. Pero antes -me dio un poco de pena- le tuve que quitar el arreglo que Ruth (su esteticista) le había hecho en el salón; un buen trabajo, hasta con el fino detalle de una florecita en las uñas de los dedos mayores. Ruth, la esclava de mi Ama, el Ama de mi esclava.




La Gata llegó a casa con unas sandalias muy bonitas, de tirita, más bien cordón, que configuraban unas thong con sujección al tobillo. Son muy sencillas, están hechas en lona, y ya las ha usado un par de veces antes. Tenía los pies con algo de polvo de la calle, muy poco sudados, y casi, casi, sin olor. De hecho no le huelen demasiado, casi no le huelen y en ciertas ocasiones me gustaría que le olieran un poquito, un poquito más.

Vemos aquí el detalle del talón de la sandalia, que sujetándose en el tobillo evita el chancleteto. A mucha gente, a mí sin ir más lejos, les gusta y creo que hasta les excita el sonido del chancleteo; para no perturbar la paz de ánimo de ciertos fetichstas, es preferible en ciertas ocasiones desplazarse de un modo más silencioso. Por eso estamos hablando de La Gata.

Aquí se vé mejor el detalle se la florecita. La pedicura está bastante bien hecha, pero es bueno de poco tiempo en poco tiempo levantar el esmalte, limar un poco las uñas, pulirlas y, en definitiva, dejarlas respirar. Si a eso se le añaden unas largas caricias antes y un buen masaje después -mejor con crema, claro- las dos partes, la que da y la que recibe pueden quedarse muy satisfechas.

Tras quitarle las sandalias, le pasé una toallita mojada en agua caliente, y luego, otra en fría; con eso quité el polvito de la calle, y de paso hidraté un poco la piel. Ya en esta foto de detalle se ve que Ruth no estuvo especialmente cuidadosa con las cutículas, pero a La Gata le gusta el masaje y el cariño que la esteticista sabe darle. Y a mí me gusta que la Gata esté a gusto. Para eso es mi eslcava, para eso es mi señora.

He estado últimamente con algunas dificultades para subir imágenes a este blog, lo que me parece lamentable pues me gusta mucho mostrar las bellezas de La Gata y sus diferentes partes corporales; no me gusta contar cosas sin mostrarlas y demostrarlas con fotos, y creo que una entrada simplemente de texto quedaría un poco sosa.

Después de la sesión de belleza de pies terminamos -como es lógico- en la cama.

miércoles, 23 de julio de 2008

Sandalias: con pantalón, con falda...

Pues en el título se dice todo: las sandalias quedan bien tanto con falda como con pantalón. Yo añadiría diciendo que también combinan bien con el traje de baño, con la lencería o con el desnudo más anatómicamente pelado. Disfrutemos unas cuantas vistas de plano medio, después de los detalles de las publicaciones precedentes.


Estas sandalias plateadas ya nos resultan conocidas,¿verdad? El cuero plateado de las bridas y plantilla quedan muy bien con este esmalte rojo no demasiado oscuro, y las uñas no excesivamente largas.
Aunque estas otras (de brocado de seda, tiras de ese mismo amterial y tacón suficientemente alto) no habían salido hasta el momento, y quedan muy bien con el pantalón de vestir, de excelente planchado con impecable raya. Tan impecable como la pedicura que acompaña, en un tono nacarado, y yo sobre una uña bastante crecida.
Otras plataformas de madera ya vistas: esta vez, mostrando -y luciendo- una bonita pierna con una minifalda que de corta que es, no se puede apreciar en esta foto. Pedicura con esmalte "rojo evidente".
Y seguimos con madera, aunque estas sandalias -altas y e plataforma- tienen un bonito tacón delgado y cilíndrico, y el empeine está hecho de varios cordones trenzados de seda. Resaltemos, ya examinando el pie, el bonito arco de su pie derecho. La pedicura, en un nacarado casi discreto. Con un pie casi de sport, y unas sandalias muy confortables, el conjunto resulta muy agradables, sobre todo para quien tiene el placer de contemplarlas.
Debería terminar así, sin más, pero me veo en la obligación de dejar constancia de un interesante hecho. Anoche, regresé a casa y estuve remirando en el ordenador de casa estas páginas, y ya estaba bastante calentito por lo que había subido en todo el día al blog. Ahorrando detalles, quiero simplemente constatar que le eché un polvo a mi amiga que nos quedamos los dos contentos y descansando. No creo que esté mal que haga esta página de homenaje a una mujer que me da placer en la vida y en la cama, y que me alegra todos los sentidos.
No sé que pensará La Gata de alguien -como yo, y que además soy su pareja- que recorta sus fotos quitando caras, resaltando detalles, destacando su sensualidad y su atractivo, para luego publicar en un ambiguo blog sobre babosos comentarios, y, además, excitándose durante toda la operación. Una de dos: O me mata, o se siente muy halagada. Creo que esta demostración de adoración es, si no de agradecer, por lo menos es de reconocer.

Volvemos al pie


Pues había anunciado que iba a dar algunos detalles sobre la foto descalza de La Gata del primer post, y es lo que estoy haciendo: sobre un esmalte color crema, casi marfil, es decir, nada-de-nada, unos pequeños corazoncitos. Son pintados a pincel, no son adhesivos o calcomanías de esas, que aunque nos gustan y ella a veces las usa, esta vez el trabajo era manual.


martes, 22 de julio de 2008

Dos de iglesia y dos de piscina

La verdadera feminidad y sentido sexy de la elegancia se manifiesta y demuestra no sólo en la playa o en la discoteca, sino también en la manera de vestir o de arreglarse para ir a la iglesia. Veamos aquí un pr de poses en dos iglesias tropicales aunque bien distantes entre sí. la duda de los fieles era si tenían que adorarla a ella, o si lo del culto iba con las imágenes de dentro.




Pantalón blanco de cintura alta que define bien el trasero, mientras que en el segundo caso La Gata viste un vaquero de cintura muy baja. En ambos casos la blusa es de malla elástica sin mangas. En el primer caso el estampado es de de inspiración paisajística local, mientras que en la segunda foto, se trata de un tono turquesa liso.

De calzado y pedicure, poco hay que señalar: rojo intenso en la primera, brillo o renda en la segunda; hawaianas de suela gruesa y bridas transparentes, con la plantilla en rizo de caucho antihumedad. La segunda es una zapato de plataforma de madera y tacón alto con empeine transparente que posiblemente ya ha salido en este blog. En cualquiera de los dos casos, para comérselos.

Pero en la piscina también la elegancia se manifiesta en lo simple: un biquini blanco es uno de esos casos, aunque ya fuera del agua gana distinción con alguna ropita adicional, prodigando las transparencias.


Estas dos fotos están tomadas en el mismo lugar, pero con dos o tres años de distancia entre ellas. Entre las dos imágenes casi no ha pasado nada, pero han pasado muchas, muchas cosas...

Sólo se advierte una pedicura, y es en la segunda fotografía; el esmalte es un tono rojo claro metalizado, casi naranja, que aparentaría un excesiva seriedad por parecer ser más adecuado a señoras de mayor edad. Pero en La Gata queda muy interesante por contrastar -por no corresponder en realidad- ni con su verdadera edad ni con su juvenil estilo.

A petición

Parece ser que las fotos de La Gata con ese short tejano (en http://faroni-footnotes.blogspot.com/2008/07/sin-pies-ni-cabeza.html) han gustado a algunos de los visitantes de esta modesta página, por lo que me veo obligado a agregar unas cuantas fotos más, dentro de esta serie. El trabajo no termina aquí, pero pongo esas dos que seguro que animan a continuar esta lectura.

Es es lo que se dice un buen mascarón de proa..

Y veamos más de cerca cómo ya se le ha metido el pantaloncito justo entrelos sabrosos labios de ese pubis, abriendo camino a la lengua y al dedito, presagio de otras cosas... posiblemente cuando andaba le rozaba un poco, pero creo que no le molestaba sino que seguramente le daba un poco de gustito bien rico.

¿No estará un poco apretado ese pantaloncito?

Pero no todo dura eternamente, y por hoy termina la sesión y la hembrita se marcha al hotel a darle un poco de cercanía y de intimidad a su fotógrafo y admirador, y posiblememente los pies de La Gata tendrán un cierto gusto salado del agua de mar y de la arena.

Pues ha sido un placer recordar esa increíble mañana de playa.



Más fotos de cuerpo entero

Me apetecía brindar algunas fotos generales del cuerpo de La Gata para que quedara visible que sus pies no son más que las naturales prolongaciones de un conjunto delicioso y apetecible.


¿Verdad que está muy guapa está con ese top? Esta prenda que está luciendo fue un regalo de su estecticista y manicura, una chica brasileña que siempre dejaba muy guapa (manicura, pedicura, depilación, etc.) a mi amada. Esta foto es de nuestros primeros días, todavía no tiene el pelo tan largo como lo lleva ahora, pero es cierto que ya llevamos bastantes años juntos.













Miren la cintura, la tripita, el ombligo...


No todos son pies y sandalias en esta vida, ¿no?





















Y en estas dos, una bonita vista de espalda, mostrando esos muslos y esas nalgas deliciosas, con detalles-de uno en uno- de las plantas de sus pies tan deliciosos.




En esta otra foto La Gata está muy atractiva y sexy con esta ya conocido short , y además nos brinda un delicioso regalo mostrando la planta de su piececito. Buen trasero, buenos muslos, buena pieza de mujer. Ya han pasado un buen tiempo desde la foto anterior, pero sigue atractiva, y con más fuerza, más carácter, más madurada, con más solera. Como un buen brandy.



jueves, 17 de julio de 2008

Preciosidades

Para compensar un poco el exceso naturalista del artículo anterior, vamos con un par de fotos de unas sandalias contemporáneas, con algunos toques étnicos, y elaboradas en finas y suaves calidades de cuero en tonos pastel: amarillo, naranja, lila. Un florón central de delicadas cuentas verdes y azules atrae la atención -por si no bastara por sus propios méritos - al arranque de los dedos y al empeine.
No se colocó esta foto en el genérico de las variaciones sobre un tema de thong-sandals por tratarse, evidentemente, de otra dimensión y de otra cuestión. Merecen, creo, una publicación separada y exclusiva, y eso es lo que estamos haciendo ahora. De acuerdo con la técnica habitual, presentamos un plano general, y un primer plano.



En este primer plano se aprecia hasta una rozadura en el borde externo del pie izquierdo, que aunque superficial, y posiblemente por eso, parece que debió de ser algo molesta antes de que se le olvidara a mi gloriosa odalisca que se le había producido esa heridita. He oido que esas heridas superficiales cicatrizan mucho más deprisa aplicando una pequeña cantidad de saliva sobre ellas.



La pedicura con esmalte plata no falla: simple pero sofisticada; no deja de ser un color claro aunque contundente. Es mucho menos sensible a pequeñas imperfecciones y desconchones que el inevitable rojo intenso, y combina no ya con muchos colores de calzado, sino también con muchos estilos, del sport más deportivo al vestir más formal. Disfrutemos la longitud de estas uñas, en especial las de los dedos gordos. Al acariciar esos pies, daba mucho gustito pasar el dedo por las puntas, justo en la frontera entre la carne y la uña.

Informales

No todo en este blog van a ser pedicuras de infarto, tacones de vértigo y plataformas de sobresalto. También hay momentos y motivos entrenecedores, instantes en los que la formalidad y los criterios de elegancia se relajan, pero siempre hay -o debería haber- un cámara fotográfica al alcance.

Veamos si con esto se me entiende mejor:



Y para que no me digas que fue un sueño, aquí tenemos la foto de aproximación:

Meditemos en silencio, y pensemos que si existe la categoría de los sole-lovers, por algo será; si alguno de los aficionados a esta gama del arte está disfrutando este instante y esta visión, que recuerde que yo también lo disfruté, y además lo disfruté en su momento. La gatita tiene las patitas sucias, pero a esta gata le gusta mucho el agua. Creo recordar que fui yo quien le lavó los pies, evangélica ceremonia cargada de fetiches, y casi no necesité pasar jabón, pues ya desde el principio vi que me bastó con dejar correr sobre sus pies un poco de agua, y mientras tanto con mis manos le frotaba la planta del pie y todo el polvo se iba desprendiendo y dejando a la vista su suave piel. El resto, lo que siguió se puede imaginar con toda facilidad.

Ni comento el esmalte que mi ama -y sin embargo esclava- llevaba en ese momento, pues ni se ve, ni creo que importe demasiado.

Variaciones sobre un tema

Un clásico en este tipo de preferencias son las andalias de goma de playa y de verano: en Argentina ojotas, en Uruguay Hawaianas, en España chanclas o de dedo, en llos USA flip-flops, en cada sitio de una manera, y siempre las mismas. Olorosas al cabo de un tiempo, amoldadas al pie como una huella del ADN de su propietaria, baratas y por ende descartables, son compradas para durar una temporada pero casi siempre repiten hasta su quiebra física. Indispensables en la vida de las mochilera, amas de casa de vacaciones, prostitutas y funcionarias, y, en general, personas de un lado y otro de la ley, de un lado y otro del mostrador, de un lado y otro de la ventanilla.

Comenzamos con un clásico: unas auténticas havaianas brasileñas, blancas, pero con el hecho diferencial de tener su plataforma un poquito más gruesa, y en leve declive que no merecería el nombre de cuña. Adviértase que también las bridas o bandas que configuran el thong propiamente dicho son algo mayores, más gruesas que las correspondientes en la versión tradicional.

La pedicura es igualmente clásica: un tono de esmalte rojo bombero, que queda bien con la piel aún no bronceada. Las uñas tienen forma, aunque no están excesivamente largas.

Otra versión sobre dimensionada del clásico: esta vez a cargo de Melissa, estas tradicionales sandalias de dedo tienen plataforma y tacón, configurando un coturno de inspiración nipona. Ligeras en peso y contundentes en forma, agregan tantas toneladas de feminidad como centímetros de estatura. Creo recordar que se hacían en varios colores, negro incluido. Lamentablemente, salieron de línea tras su primera -y supongo que triunfal- temporada.

La pedicura es absolutamente minimalista y natural, es decir, sin esmalte, ni base, ni brillo. Simplemente lijado y abrillantado. Adviértase el elegante y agradable detalle del toering en el pie derecho.


Ya en otro contexto, y con otra pedicura, vemos estas mismas sandalias.

Otra versión: con un pequeñísimo tacón -transparente- y una plantilla de almohadillado blanco esta sandalia busca ser invisible aunque evidente. Ayuda a este efecto el hecho de ser las bridas no transparentes por completo, sino levemente traslúcidas y en acabado mate. La manera más elegante de ir descalza y con tacón, llevando unas simples sandalias de dedo.


De la pedicura baste reiterar lo dicho para la primera foto: un clásico de la ojota, las uñas en rojo oscuro e intenso, que compensan tanto la blancura de la piel como la aparente falta de formalidad del calzado escogido.


Un discreto close-up para degustar mejor los dedos y las uñas de la princesa, bajo el pretexto de contemplar en detalle el tono y textura de la brida.

Terminamos la parte informal en materiales "man made", es decir, plásticos y tal, tan propios de este uso de calzado playero y mojable, con unas fabulosas sandalias de gran plataforma, ancha brida en tejido, y en color blanco con detalles o vivos en rosa. Es una pena no tener alguna foto con la preciosa modelo en pie, pues estas sandalias tensan la pantorrilla de una manera muy bonita, y el pie se asienta muy bien sobre ellas. Un sueño, y ahora que conocemos algunos detalles corporales de la señorita que es mi señora, podemos imaginarnos el efecto de este calzado combinando con un biquini adecuado.

La foto está tomada en la misma avioneta en la que se hicieron las fotos de aquellos increíbles zapatos de madera y blancos de mi primer post, aunque ya es en el viaje de regreso. Bien puede uno imaginarse que todavía quedan algunos granitos de arena entre los deditos de los pies de la Diosa, así como el noble esfuerzo que estaríamos dispuestos a hacer para despojar a la señora de esas minúsculas incomodidades. Nada, pues, que agregar a la descripción de la pedicura hecha en su momento, congratulándonos, una vez más, de la grata y excelente longitud de esas uñas. Y agradeciendo la pulserita y la sortija, joyas de pie que tanto valen, que tan poco cuestan y que dan verdaderas alegrías a quienes sabemos apreciar esos detalles.

Y vamos ahora con los materiales nobles, madera y cuero. Comenzamos con una bonita sandalia de plataforma en madera de tono natural, aunque la plantilla y las bridas son en cuero plateado. Es de destacar que la hebillita de una de las bridas tiene el detalle (repipi o putesco, que en el fondo es lo mismo) de unos brillantitos, como si fuera necesario esa artificio para atraer las miradas de los predadores. Una pena que no se vea el tacón, pues era grueso y alto, bien proporcionado. De nuevo un caso de unos pocos centímetros de elevación de estatura, aunque muchos años-luz de elevación de la propietaria (y de su consorte) en la escala moral o evolutiva de la especie humana.


Apreciamos unas uñas en buena forma y tamaño, limadas cuadradas, con una bonita curvatura. El tono podría ser un rouge absolut, o incluso alguno sencillito -y barato- de L´Oreal. Lo que importa en casos como este es el simple, grato, y maravilloso hecho de que una mujer decide pintarse de rojo las uñas de los pies, y eso ya es una declaración de principios. Si lo hace por que le gusta, mejor, y si además lo hace porque sabe que le gusta a quien duerme con ella, pues ya ni te digo.

Y cerramos este monográfico post con un bonito ejemplar de sandalia thong de vestir y de tacón alto. De marca Schutz (Brasil) tienen unas interesantes bridas en ancho decreciente, y una plataforma con adecuada angulación para facilitar la marcha. Sensualidad y comodidad a golpe de diseño. Plantilla a juego con la brida, madera más bien oscura, tacón y altura general de vértigo, en fin, que las palabras sobran, y quedémonos contemplando en silencio esta obra de arte, tanto en su continente como en su contenido.

La pedicura está hecha en un tono nacarado más perla que rosita claro. Uñas no especialmente largas, pero tan sensuales como siempre. La piel -en este caso, bronceada- de mi mejor amiga destaca en tan bonito y especial envoltorio. Pero ya está bien por hoy, o por lo menos, por ahora.

miércoles, 16 de julio de 2008

Un par de detalles

Hace un par de días inicié este blog, y realmente me quedé muy contento con la experiencia. Estuve todo el día imaginando la cantidad de cosas que podría agregar de las que ya tengo, y me animaba y me incentivaba a sacar en un futuro muchas y buenas fotos a mi chica, pues en horas de trabajo me hace mucha compañía pasar mis ojos por su formas y su ropas, por su piel y sus zapatos. Luego vuelves a lo habitual y cotidiano y rutinario, pero por lo menos he volado un poco, y eso que me está esperando en casa.

Con la ilusión de los zapatos, y quizás por no tener demasiado claro el archivo de mis fotos, no había puesto demasiados detalles corporales de la mujer de mi vida; pues para solucionar esto, ahí va una grata panorámica de sus líneas y sus formas, en el grato marco de una playa de las de por ahí lejos.

Vientre plano, poco pecho, formas suaves y piel joven y sana. Cintura fina, caderas en su sitio, y, bueno, otros detalles (de proa y de popa) que ya han podido ser vistos en otro momento. Sí, es bueno mostrar sandalias, zapatos, pedicuras, uñas, esmaltes, pero todo se entiende mejor si se muestra el cuerpo de la dama al que pertenecen. Por respeto a mi señora, que es mi mujer, y a mi mujer, que es mi señora, no voy a incluir por el momento ni detalles más íntimos -que los tengo, y los miro en mi intimidad cuando el trabajo me aleja temporalmente de mi potrita- ni tampoco vistas de su bonito, elegante y distinguido rostro.


Lo siento, mi putita no es que sea muy tímida, pero yo sí lo soy, y la respeto porque ella se cuida para estar guapa y atractiva para mí, y de la misma manera se complace de arreglarse y pintarse y vestirse (y calzarse) como a mí me gusta. Sí, soy una persona con suerte. Y ella también, y además es más de veinte años más joven que yo.

martes, 15 de julio de 2008

Francesa de mucho sport

Para terminar lo que creo que ha sido una provechosísima primera jornada de posteado, aquí viene dos preciosas vistas de los bonitos pies de mi gata con una french pedicure de las que quitan el hipo.
Calza la reina unas sandalias de goma -pero eso sí, de las finas y bonitas- a la altura de sus méritos, y de las que no se encuentran fácilmante ni en el mercado, ni en las playas de moda y piscinas de hoteles de lujo. Aunque para lujo, lo que se dice verdadero lujo, la Gata.

Verano al natural

Pues ya está dicho todo: sin artificios de calzado, sin fetiches de tacones o plataformas, simplemente con el delicado añadido de una pulserita de plata en el tobillo, y sobre un soleado y caliente deck de madera, tenemos estos piececitos que tanto nos gustan.

Un esmalte cremoso, perlado, contrasta muy bien con la piel bronceada.
Y un pequeño detalle de aproximación, para que se nos haga un poco más la boca agua, y veamos esas uñas ya creciditas, pero no hasta los
extremos de lujo y lujuria que hemos podido contemplar en algunas de las las precedentes.


Maderas

SandY como es el primer día, y hay que aprovechar el entusiasmo, pongo en mi tercer post de hoy esta bonita foto-estudio de la Diosa descalza.

Esta foto sin zapatitos es simplemente para comenzar el post, que esta vez va de maderas; nada que señalar, pues parece que todo es obvio y huelgan las palabras. Si hubiera que destacar algo, adviértase la correctísima pedicura en un muy clásico (de clásicismo y de clase, se entiende) color de esmalte granate. Las uñas están en muy en buesna forma (cuadradas, como nos gusta), las piernas muy bien depiladas e hidratadas, y la piel no muy bronceada. Ya llegará en verano, o más bien estaba llegando.




Una persona observadora podrá advertir una tirita de vendaje en el dedo pequeñito del pie izquierdo. Tal vez una ampolla, tal vez una rozadura, pero aumenta las ganas de darle un besito ahí mismo para que se cure pronto, ¿verdad?


Vamos ahora con unas cuantas sandalias de madera. Dos son de sport, una es más de vestir. Veamos la primera más informal:




Otra feliz combinación de madera y plástico transparente, material éste último que ya no busca la invisibilidad, sino que quiere quedar en evidencia en el empeine por medio de sus rebordes y la fijación a la plataforma mediante tres gruesos remaches de latón. La tirilla del tobillo es también asegurada con análogo procedimiento. La pedicura que se luce en esta foto es muy ligera, como correspondería con el pantalón jeans y con el tipo de zapato que se está llevando. El esmalte aplicado es ese blanco algo transparente que en el Brasil llaman renda.

Existen personas a quienes no gusta ver sobresalir los dedos de los pies por a parte delantera de la sandalia. Si se hace con el debido gusto para que no resulte vulgar, creo que esa detalle aporta en determinadas ocasiones (como la presente) un detalle de pimienta que se debe agradecer.


Otro conjunto madera/plástico, pero esta vez algo tonalizado en un alegre azul algo eléctrico.

La plantilla -en un color a juego- completa el efecto, y la hierba sobre la que está tomada la foto sugiere un uso de playa o piscina, como así fue el glorioso día en el que se tomó esta foto.

La pedicura es en color marfil, sin ninguna adición excepto la capa final de brillo. Y puede aplicarse lo dicho más arriba sobre la aprente vulgaridad de los dedos que sobresalen un poquito por la parte delantera de la sandalia.







Y para terminar, otra madera, esta vez en una versión fiesta o de vestir. Es la reinterpretación, ya en ese material, de una sandalia de tiritas que ya hemos podido ver en una de estas páginas. La fina tirita es múltiple, formada por varios cordoncillos de cuero en tonos pastel. Solamente consta de la sujección en el empeine y el amarrado al tobillo. Para mejorar el contraste y elevar el pie del suelo, la plataforma y el tacón son de dos tipos diferentes de madera, clara la una, más oscuro el otro. El esmalte que llevan los deditos de esta foto (que lamentablemente no permite ser apreciado en todo su valor) es un berenjena claro de tipo metálico. Para quien guste de contemplar los dedos de los pies esta foto tal vez no es especialmente buena, pero para quienes prefieran el arco, algo de suela y sobre todo, deleitarse con la la fina longitud de esa extremidad, aquí tienen el modelo. Y la modelo.

Sin pies ni cabeza

Pues así se podrían ilustrar estas dos fotos de mi amiga, pues no se muestran ni los pies ni la cabeza, importantes extremidades sin las que no se puede vivir. Sin la cabeza, no podría vivir la protagonista de estas líneas; sin los pies de la señorita, pues eso: tampoco podría vivir quien escribe estas líneas. Pero con lo que queda a mitad de camino, creo que podemos los dos compensar la falta.

Trasero Glorioso


Y como la perfección se encuentra en los detalles, y no se puede dar perpetuamente la espalda a los problemas, vamos ahora a disfrutarla de frente:



Jugosa, rica y apetecible. El short, en elástico tejido de blue-jeans ayuda, es cierto, pero la percha viste, y viste muy bien este tipo de ropa. A ella le gusta llevarla, a mí me gusta que la lleve; pues todos contentos.

Primera entrada

Vamos a iniciar la experiencia que supone este blog con algunas bonitas fotos de mi Musa particular. Unas palabras sobre ella: llevamos más de siete años juntos, y he encontrado en ella el paraíso que una persona de mis preferencias siempre habia soñado. Le gusta arreglarse, vestir bien y cuidarse, y además, es muy bonita y muy sexy; es joven y atractiva, y se arregla extraordinariamente bien todo su cuerpo, aunque a solicitud mía se dedica un poco más y un poco mejor al pelo y a las uñas, a las manos y a los pies.Tuve el aciertpo de comentarle al incio de nuestra relación mi especial preferencia (parcialismo, creo que se dice) por los pies femeninos, y ella, sabiendo que con eso me aseguraba más y mejor a su lado, y además me tenía contento, recargó ese interés suyo y lo hizo nuestro.
Como anécdota, creo que al cabo del primer año de nuestra relación La Gata ya tenía más de cien pares de zapatos en su armario, todos ellos sandalias abiertas, o si eran cerrados, de tacón alto. Elegidos consensuadamente por los dos, en interminables sesiones de prueba en zapaterías de lujo de las que salía ella contenta, y yo caliente y con la ropa interior mojada.
Cada vez que mi Ama va al Salón de Belleza me pregunta qué color de esmalte voy a preferir que se aplique, aunque muchas veces soy yo quien le hace los pies; no se me da nada mal, y me gusta el olor de la acetona, y del esmalte fresco; No se los hago por ahorrar, sino por puro placer, o, mejor dicho, por puro vicio. En casa, siempre vemos la televisión con los pies de mi amante en mi regazo, y me gusta masajeárselos, amasárselos, y perfilarle y limpiarle los bordes de las uñas. Siempre cae sobre esos pies algún besito cariñoso. Pero ya en la intimidad esos besitos se hacen un poco más ansiosos, y es cierto que me gusta lamerle las plantas, chuparle los deditos, y, en algún casos y en algún momento, me ha dejado muy satisfecho terminar mi placer (vamos, eyacular) sobre su empeine o entre sus dedos. Pero no todo son pies: disfruto mucho con su pubis depilado, con sus axilas, con su trasero y con su ojete; con su larguísimo pelo castaño que le llega casi hasta el culo. La Putita sabe complacerme en eso otro fetiche, el del pelo largo. Pero ya vestida, ya en la calle, su estilizado cuello y sus manos de largos dedos lucen con orgullo las joyas que día a día esa Joya ha sabido ganarse.

Ahora, en la foto que viene, mi amiga está echada en el sofá, esta leyendo. Está, claro, descalza. Debe La Gata estar pensando en los zapatos que se va a poner dentro de poco.

Lleva mi amante una pedicura muy bonita, que ya se mostrará en detalle en próximos posts. (http://faroni-footnotes.blogspot.com/2008/07/volvemos-al-pie.html). La base es un color crema claro, pero lleva unos detallles que... que ya se verán, no seamos impacientes.

Pero además de la estricta naturalidad, también sabe mi gatita demostrar su buen gusto (vamos, nuestro buen gusto) en alguna de estas estas muestras:


Una bonita composición en blanco, perla, plata y transparencia. Las uñas, adecuadamente largas y muy bien esmaltadas, ayudan a un completo y sofisticado resultado. Las joyas, tanto la sortijita de dedo de pie (toering) como el anklet, o brazalete de tobiillo, agregan elegancia pero con una nota hippie-chique que combina bien con los encajes del bajo del pantalón. Las sandalias de plataforma de madera clara ganan ligereza con la transparencia del empeine y del tacón, en una fina cuña evasée de metacrilato.
Muy, pero que muy sexy.

Y para terminar (al menos por hoy):



Unas sandalias de fiesta, de triple tiritas de charol de colores "viejos" (lila, oro y bronce viejos) en una combinación muy bonita. De forma y estilo clasico, se complementan con un tacón fin0 y alto que destaca el fino arco del pie de mi amada. La pedicure, esta vez en un tono más perla que plateado, y sobre unas uñas algo más cortas, agrada por su elegante sencillez no desprovista de sensualidad.
Si la idea del blog va bien, ya desarrollaré estas muestras en ensayos completos, pues de cada una de los temas precedentes hay por lo menos unas cuantas variaciones

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