martes, 22 de julio de 2008

Dos de iglesia y dos de piscina

La verdadera feminidad y sentido sexy de la elegancia se manifiesta y demuestra no sólo en la playa o en la discoteca, sino también en la manera de vestir o de arreglarse para ir a la iglesia. Veamos aquí un pr de poses en dos iglesias tropicales aunque bien distantes entre sí. la duda de los fieles era si tenían que adorarla a ella, o si lo del culto iba con las imágenes de dentro.




Pantalón blanco de cintura alta que define bien el trasero, mientras que en el segundo caso La Gata viste un vaquero de cintura muy baja. En ambos casos la blusa es de malla elástica sin mangas. En el primer caso el estampado es de de inspiración paisajística local, mientras que en la segunda foto, se trata de un tono turquesa liso.

De calzado y pedicure, poco hay que señalar: rojo intenso en la primera, brillo o renda en la segunda; hawaianas de suela gruesa y bridas transparentes, con la plantilla en rizo de caucho antihumedad. La segunda es una zapato de plataforma de madera y tacón alto con empeine transparente que posiblemente ya ha salido en este blog. En cualquiera de los dos casos, para comérselos.

Pero en la piscina también la elegancia se manifiesta en lo simple: un biquini blanco es uno de esos casos, aunque ya fuera del agua gana distinción con alguna ropita adicional, prodigando las transparencias.


Estas dos fotos están tomadas en el mismo lugar, pero con dos o tres años de distancia entre ellas. Entre las dos imágenes casi no ha pasado nada, pero han pasado muchas, muchas cosas...

Sólo se advierte una pedicura, y es en la segunda fotografía; el esmalte es un tono rojo claro metalizado, casi naranja, que aparentaría un excesiva seriedad por parecer ser más adecuado a señoras de mayor edad. Pero en La Gata queda muy interesante por contrastar -por no corresponder en realidad- ni con su verdadera edad ni con su juvenil estilo.

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