jueves, 30 de octubre de 2008

Playa

Es grato ver y acariciar en una playa soleada y abierta unos pies cuidados, con bonitos esmaltes, o también au naturel, pisando la arena húmeda, o la arena seca, viendo evaporarse sobre su delicada piel las gotitas de agua del mar, dejando un recurso de una minúscula sombra de brillo salino. Cosas del verano. El autor de estas líneas, y posiblemente alguna persona de entre aquellas que lean estas líneas, disfruta más en una playa nudista o topless mirando cabizbajo los pies de las bañistas, y dejando de lado, casi despreciando, culos, pubis muslos, pechos, espaldas, manos y ciuellos, ojos y bocas, corvas y espaldas. Con tanta y tan buena materia prima para la imaginación y el deseo, es difícil elegir, pero hay que priorizar.



Un refresacante clásico veraniego para los primeros días: el esmalte rojo destaca el descalzo de primeros días de playa, y hasta combina bien con una piel no excesivamente bronceada; a medida que se va tomando color, el rojo va amoldándose a la piel morena.

Ya sacudida la arena, y convenientemente echada sobre la palmera caída, La Gata luce su fina tobillera de cadenita de oro, con sus uñas prudentemente largas, sin excesos, pero sólidas y contundentes.

1 comentario:

ignacio dijo...

Hola Faroni, ora vez felicidades por tu blog, gracias por tus atentos comentarios, si no te importa te añado a mi blogroll, muchos saludos.

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